viernes, 30 de mayo de 2025

Pirililipi

Había un burro -¿no solía ser este un caballo alazán?- tan enfermo que su hedor se percibía desde el futuro. Los veterinarios, viendo que su mal era incurable, concluyeron que era mejor sacrificarlo y quemar el cadáver, para que no infectase a las generaciones venideras. Y no quedaron ni las pezuñas.

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