sábado, 4 de enero de 2025

Lamentación

 Lloraban y se lamentaban los hijos porque habían matado a su propia madre y no había  quien los amamantara. Llamaban los lobos a la puerta para devorarlos y sobrevolaban los buitres el cadáver. El hedor de la descomposición atraía toda inmundicia y toda ruina. ¡Ay de los asesinos!